Por qué los niños necesitan jugar

1. El juego anima a los niños a aprender sobre el mundo.

 El juego ayuda a los niños a explorar su entorno y satisfacer su curiosidad. En las primeras etapas de la vida, los niños descubren su entorno y ponen a prueba constantemente sus límites. El juego permite a los niños descubrir y explorar el mundo de forma segura. A través de los juegos, aprenden a familiarizarse con las normas y las situaciones sociales, sin exponerse a las amenazas de la vida real. 

2. Desarrolla y fortalece las relaciones.

Al jugar con sus padres, hermanos u otros niños, aprenden habilidades útiles en la vida cotidiana, como: 

Cooperación y compromiso: jugar con otros permite a los niños aprender a ser justos, equilibrados y transigentes. Esto hace que el juego sea divertido para ambas partes. Enseña habilidades de comunicación esenciales, como establecer una relación con el otro basada en lo que uno prefiere/lo que uno necesita. 

Apego emocional sano: el juego es la principal vía a través de la cual un niño desarrollará relaciones con sus iguales fuera del círculo familiar inmediato. Con el tiempo, los compañeros de juego de la infancia se convierten en una red de seguridad emocional que proporcionará al niño seguridad y apoyo. La vida consiste en crear nuevas relaciones y aprender a comunicarse con gente nueva.

Afrontar los conflictos: como todo padre sabe, ningún juego infantil estará exento de pequeñas discusiones o rabietas, y aunque algunos padres quieran proteger a sus pequeños, esto supone un enorme beneficio para el desarrollo del niño. Los conflictos durante una sesión de juego preparan al niño para el futuro, cuando se encuentre con problemas sociales y tenga que gestionarlos para mantener sus relaciones.