El Bruxismo

El Bruxismo
Existe un desequilibrio (bruxismo)  caracterizado por apretar los dientes y que produce un desgaste en estos debido al frotamiento. Puede suceder durante el día o la noche. Los efectos son muy destructivos pero dependerá de la resistencia o dureza de las piezas dentales o del tiempo que se lleva con el trastorno.


Cuando se presenta durante el sueño es frecuente que se froten la superficie de las piezas dentales o que se presionen unas contra otras causando el desgaste.


Este desequilibrio puede traer consecuencias graves en tejidos u órganos que permiten funciones fisiológicas tales como: Sonreir, hablar, comer, masticer, pronunciar, deglutir y que se conocen como aparato o sistema estomatogmático(SE), además de la adquisición por parte del paciente de vicios de postura y problemas psicológicos que pueden tornarse en cíclicos.


Aunque pude que no siempre las personas presenten síntomas, los síntomas más comunes del bruxismo suelen ser: dolor de oído, dolor de mandíbula,  dolor en la articulación temporomandibular, dolor de cabeza, ansiedad, tensión, insomnio, sensibilidad dental a los dulces, calor o frío.


Debemos resaltar que no siempre el dolor está presente. Lo que sí aparece y nos alerta del trastorno es el desgaste dental  ya que es un daño evidente.  También puede darse que el malestar entre los familiares ya que notan algo raro durante el sueño del paciente como consecuencia del rechinar de dientes y que no es percibido por el portador.


Se piensa que el desencadenante principal del bruxismo puede ser el estrés, aunque no se descartan factores que pueden contribuir con su aparición, tales como:  alineación no correcta de los dientes, la alimentación, los hábitos del sueño, etc.


También es posible que el bruxismo aparezca en niños que tienen dentición de leche o con dentición mixta. La detección, a partir de los doce años, de este hábito permite que se tomen medidas preventivas.  La relación que se presenta entre el desgaste de cada una de las piezas y la edad del paciente nos permitirá determinar la frecuencia del hábito.


En su comienzo, los caninos e incisivos presentan desgastes anormales.  Si el hábito no es muy frecuente, el desgaste puede que sea compensado con la erupción de los dientes,. Por el contrario, si el hábito es constante o muy frecuente, el desgaste ocurrirá más rápidamente.


La solución más utilizada es el uso de protectores dentales o férulas para tratar de evitar, que durante el sueño,  el paciente roce los dientes unos contra otros y así poder evitar los daños causados a la dentadura y que pueden causar trastornos en la articulación temporomandibular.  Las  férulas son buenas para evitar el roce de los dientes pero no acaban con el problema. El dolor desaparecerá pero volverá cuando dejen de utilizarse estas.


EL objetivo prioritario en el tratamiento del bruxismo es tratar de hacer desaparecer el dolor. Para conseguirlo se utilizan distintos recursos:  Aplicación de calor o frío en la zona del dolor, beber mucha agua, hacer ejercicios de relajación, evitar comer alimentos duros o dulces, masajear la zona en la que se siente dolor, dormir bien, etc.


 


Lo cierto es que dan muy buenos resultado los tratamientos para la ansiedad y el estrés.  Otra opción de la que se echa mano es a una ortodoncia en el patrón de mordida para ajustar y alinear los dientes. como último recurso puede utilizarse la cirugía.

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TAGS: bruxismo, ortodoncia, dolor, desgaste dental, dolor de oído, dolor de mandíbula, dolor de cabeza, estrés, sensibilidad dental

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