Cómo prevenir las hemorroides sangrantes

La prevención es el mejor enfoque, ya que aborda las causas subyacentes de la formación y el agravamiento de las hemorroides. A continuación, te presentamos una guía completa con estrategias probadas para evitar que se desarrollen o que vuelvan a sangrar.

1. Modifica tu dieta para una digestión saludable

Una de las principales causas de las hemorroides es el estreñimiento, que provoca esfuerzo al evacuar. Una dieta rica en fibra y una hidratación adecuada son fundamentales para prevenirlo.

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  Aumenta el consumo de fibra: La fibra dietética aumenta el volumen y ablanda las heces, lo que facilita su paso por el intestino sin esfuerzo. Incorpora alimentos como frutas, verduras, legumbres (lentejas, garbanzos), cereales integrales (avena, arroz integral) y semillas (chía, lino) en cada comida.

  
  


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  Bebe suficiente agua: La fibra necesita agua para hacer su trabajo. Beber entre 1.5 y 2 litros de agua al día ayuda a mantener las heces suaves y a prevenir el estreñimiento. Si aumentas la ingesta de fibra, es crucial que también aumentes la de líquidos para evitar un efecto contrario.

  
  

2. Adopta hábitos intestinales adecuados

La forma en que te sientas y el tiempo que pasas en el baño pueden marcar una gran diferencia en la prevención de las hemorroides sangrantes.

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  No te esfuerces al defecar: Si sientes la necesidad de pujar, es una señal de que algo no anda bien. Relájate, respira profundo y espera a que tu cuerpo haga su trabajo. El esfuerzo excesivo es una de las principales causas de que las venas se hinchen y sangren.

  
  


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  No te quedes sentado en el inodoro por mucho tiempo: Leer un libro o usar el móvil en el baño es una costumbre común, pero prolonga el tiempo que la zona anal está bajo presión. Intenta limitar tu tiempo en el inodoro a un máximo de 5 a 10 minutos.

  
  


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  Responde a la llamada de la naturaleza: Cuando sientas la necesidad de evacuar, hazlo. Posponerlo puede hacer que las heces se endurezcan y se vuelvan más difíciles de pasar.

  
  

3. Mantente activo y evita el sedentarismo

El ejercicio regular es una herramienta poderosa para prevenir las hemorroides.

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  Muévete regularmente: La actividad física ayuda a estimular la función intestinal, reduciendo el riesgo de estreñimiento. No es necesario realizar ejercicios extenuantes; caminar, nadar o practicar yoga son excelentes opciones.

  
  


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  Evita estar sentado por periodos prolongados: Si tu trabajo requiere que pases mucho tiempo sentado, asegúrate de levantarte y caminar unos minutos cada hora. Esto ayuda a aliviar la presión sobre las venas pélvicas y rectales.

  
  

4. Cuida la higiene y la salud de la zona anal

Una higiene adecuada y el uso de productos suaves son esenciales para evitar la irritación que puede llevar al sangrado.

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  Límpiate con cuidado: Utiliza papel higiénico suave y sin perfume. Si es posible, opta por toallitas húmedas sin alcohol o, mejor aún, lávate con agua y jabón neutro después de cada evacuación. Asegúrate de secarte bien la zona con toques suaves.

  
  


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  Utiliza baños de asiento: Para aliviar la irritación y la inflamación de las hemorroides existentes, los baños de asiento con agua tibia durante 15 minutos varias veces al día son muy efectivos.

  
  

5. Otras consideraciones importantes

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  Controla tu peso: El exceso de peso puede ejercer una presión adicional sobre las venas del recto, aumentando el riesgo de hemorroides. Mantener un peso saludable puede ayudar significativamente a la prevención.

  
  


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  Evita levantar objetos pesados: El esfuerzo físico intenso, como levantar peso, puede aumentar la presión intraabdominal y contribuir a la aparición de hemorroides. Si es parte de tu rutina, asegúrate de hacerlo con la técnica adecuada y sin contener la respiración.

  
  

Al integrar estas medidas preventivas en tu día a día, puedes reducir drásticamente las probabilidades de sufrir de hemorroides sangrantes y mejorar tu bienestar general. Recuerda que la consistencia es clave, y estos hábitos no solo previenen las hemorroides, sino que también contribuyen a una mejor salud digestiva y un estilo de vida más saludable.