Cómo disfrutar de una auténtica fabada asturiana, y lo que debes saber
Pocas cosas evocan tanto el sabor del norte como una fabada asturiana bien preparada en los Mejores restaurantes asturianos en Valladolid. Este plato emblemático, que combina ingredientes sencillos con una preparación pausada y cuidadosa, es la máxima expresión de la cocina tradicional asturiana. Pero lo que muchos no saben es que no es necesario viajar hasta Asturias para degustarla: en Valladolid, hay restaurantes donde la fabada se sirve con todo el respeto que merece, siguiendo al pie de la letra las recetas de las abuelas.
La clave de una buena fabada está en las fabes: deben ser suaves, mantecosas y de buena calidad. Las auténticas fabes asturianas son de la variedad Granja, cultivadas en suelos húmedos y recogidas de forma artesanal. En los restaurantes asturianos de Valladolid, se esmeran en importar estas legumbres directamente de Asturias para asegurar la textura y el sabor tradicionales.
Además de las fabes, el compango es fundamental. Este término hace referencia al trío cárnico que da vida al plato: chorizo asturiano, morcilla de cebolla y lacón curado. Todo debe cocerse a fuego lento, sin prisas, para que los sabores se mezclen y den lugar a un guiso espeso, lleno de aromas y con ese característico color anaranjado que abre el apetito al primer vistazo.
En lugares como Casa Astur en Valladolid, la fabada es una religión. Se prepara desde temprano, con una cocción lenta de varias horas, y se sirve como plato único acompañado de pan gallego y sidra natural. Muchos comensales repiten sin pensarlo, y no es raro ver mesas completas pidiendo únicamente fabada, como lo harían en cualquier restaurante de Pola de Siero o Cangas de Onís.
Disfrutar de una fabada asturiana también implica respetar los tiempos. No es un plato para comer deprisa. La tradición invita a saborearla lentamente, mojar pan, conversar y brindar con sidra. En Valladolid, los restaurantes asturianos recrean esta atmósfera de sobremesa tranquila, ideal para desconectar del ritmo acelerado de la ciudad.
Una variante cada vez más popular es la “fabada gourmet”, en la que se utilizan embutidos selectos, caldo casero y un acabado más refinado. En algunos restaurantes se sirve en cazuela individual, decorada con unas gotas de aceite de oliva virgen y acompañada de un chupito de sidra. Esta versión moderna no traiciona la tradición, sino que la adapta a nuevos gustos sin perder su esencia.
Y para quienes prefieren llevar la experiencia a casa, varios locales ofrecen fabada para llevar, envasada al vacío o en recipientes ecológicos listos para calentar. Así, la fabada asturiana también puede formar parte de una cena especial sin necesidad de cocinar durante horas.
La fabada asturiana en Valladolid es más que un plato: es una experiencia sensorial, cultural y emocional. Cada cucharada te conecta con el norte, con la tierra, con el tiempo lento. No hace falta ir lejos para sentirlo. Solo hace falta encontrar el restaurante adecuado y dejarse llevar.
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