Estigma en Salud Mental

Estigma en Salud Mental
¿Ha sentido a menudo vergüenza de pedir ayuda? Tal vez haya tenido la sensación de la que podrían juzgarle o ridiculizarle. Si está familiarizado con esta enfermedad, no es difícil imaginar cómo se sienten las personas que padecen una enfermedad mental, pero que no pueden obtener ayuda médica por sentimientos de inferioridad y miedo a ser malinterpretados.


Más de la mitad de las personas con enfermedades mentales no reciben ayuda para su enfermedad mental. La estigmatización de esta enfermedad es un grave problema que hay que abordar.


Tipos de estigma


Los estigmas relacionados con la salud mental son de dos tipos. El primero es el estigma social. En este caso, las personas que rodean a la persona le ponen una etiqueta psiquiátrica y empiezan a prejuzgarla. El segundo tipo es el autoestigma. Se trata de la reacción de una persona ante su propia enfermedad mental y su condición de enfermo mental en la sociedad. El autoestigma puede tener un impacto significativo en los sentimientos de vergüenza y conducir a peores resultados en el tratamiento.


Las investigaciones demuestran que las actitudes estigmatizadoras hacia las personas con problemas de salud mental son muy comunes y siguen reforzándose activamente en la sociedad. Una encuesta realizada entre la población reveló las siguientes actitudes hacia los enfermos mentales:




  • Las personas con problemas de salud mental son peligrosas, especialmente las que padecen esquizofrenia, alcoholismo y drogadicción;




  • Ciertos problemas de salud mental, como los trastornos alimentarios y el abuso de sustancias, están causados por el comportamiento de los afectados;




  • A las personas "sanas" les resulta difícil, en principio, comunicarse con personas con enfermedades mentales.




Investigaciones más recientes sobre las actitudes hacia las personas diagnosticadas de esquizofrenia o depresión grave arrojaron resultados similares. Una gran proporción de los encuestados creía que las personas con problemas de salud mental eran impredecibles y peligrosas. Los encuestados afirmaron que sería poco probable que contrataran a personas con problemas de salud mental. La mayoría de las personas con enfermedades mentales no pueden encontrar su grupo social en el que pueden sentirse confortable. Resulta a las consecuencias negativas graves: no tienen la vida social normal ni comprensión pública.


¿Quién sigue estigmatizando la enfermedad mental?


Sorprendentemente, las actitudes estigmatizadoras hacia las personas con problemas de salud mental son mantenidas por un amplio abanico de personas:




  • independientemente de su edad,




  • independientemente de lo que sepan sobre los problemas de salud mental,




  • independientemente de si conocen a alguien con un problema de salud mental.




Por ejemplo, un estudio reveló que la estigmatización de los adolescentes con problemas de salud mental procedía de familiares, compañeros y profesores. El 46% de los adolescentes describió haber sufrido estigmatización por parte de familiares en forma de suposiciones infundadas (por ejemplo, ser percibidos como manipuladores), desconfianza, reticencia a comunicarse, lástima y cotilleos; el 62% se sintió estigmatizado por compañeros, lo que a menudo provocó la pérdida de amistades y el rechazo social; y el 35% declaró haber sido estigmatizado por profesores y personal escolar que expresaron miedo, resentimiento, evitaron el contacto e infravaloraron sus capacidades.


El estigma de la enfermedad mental también está muy extendido en el ámbito médico, en parte porque recibe poca atención en la formación de médicos y terapeutas.


¿Qué factores causan el estigma?


El estigma social asociado a los problemas de salud mental tiene muchas causas. A lo largo de la historia, las personas con problemas de salud mental han sido objeto de tratamientos poco convencionales, aislamiento e incluso crueldad. Las primeras percepciones de las causas de los problemas, como la posesión demoníaca o de espíritus, crearon cautela, miedo y -como consecuencia- se convirtieron en motivo de discriminación. Otros malos tratos se basaban en la creencia errónea de que las personas con problemas de salud mental podrían ser más peligrosas o impredecibles que las que no los tenían. Ninguna de estas creencias negativas tiene pruebas tangibles.


Incluso el modelo médico de los problemas de salud mental es en sí mismo una fuente involuntaria de creencias estigmatizadoras.


En primer lugar, implica que los problemas de salud mental están al mismo nivel que las enfermedades físicas causadas por disfunciones médicas o físicas (mientras que muchas no pueden reducirse a causas biológicas o médicas). Esto en sí mismo significa que las personas con problemas de salud mental son en cierto modo diferentes de las personas que funcionan "normalmente".


En segundo lugar, el modelo médico implica un diagnóstico, y detrás del diagnóstico hay una etiqueta que se aplica al "paciente". Esta etiqueta puede estar asociada a características negativas (por ejemplo, "los 'locos' no pueden funcionar bien en sociedad y a veces son violentos"). Esto refuerza la idea de la que el grupo de personas con problemas de salud mental es diferente de los demás y debe ser tratada con cautela.


Cabe señalar que los medios de comunicación contribuyen a reforzar los estereotipos estigmatizadores. Tanto la prensa popular como los medios de entretenimiento son culpables. Por ejemplo, las representaciones cinematográficas de la esquizofrenia suelen caracterizarse por la desinformación sobre los síntomas, las causas y el tratamiento de la enfermedad. Por ejemplo, en muchas películas en inglés estrenadas entre 1990 y 2010 en las que aparecía al menos un personaje con esquizofrenia se descubrió que la mayoría de los personajes con este trastorno mental mostraban un comportamiento violento; un tercio de estos personajes cometían asesinatos y una cuarta parte se suicidaba. Resulta que las representaciones negativas de la esquizofrenia en el cine contemporáneo son habituales, lo que refuerza los prejuicios. Aunque los medios de comunicación han producido más material antiestigmatizante en los últimos años, las investigaciones demuestran que el número de publicaciones estigmatizantes no ha disminuido. Hay que asumir que los medios de comunicación siguen siendo un recurso importante para la desinformación relacionada con el estigma.


Telepsiquiatría


El estigma de la atención psiquiátrica suele disuadir a la gente de buscar ayuda, pero la telemedicina puede ponerla a disposición de quienes no se sientan cómodos visitando la consulta de un psiquiatra. Es uno de servicios de salud mental cómodo y cási anónimo.


La privacidad es una preocupación para cualquiera que utilice Internet. El temor a tener que cumplir la normativa en este ámbito disuade a muchas organizaciones de poner en marcha servicios de telemedicina. Afortunadamente, para iniciar la telepsiquiatría no es necesario hacer grandes inversiones en dispositivos adicionales de seguridad de la red ni en costosos equipos de videoconferencia. La mayoría de los centros médicos modernos ya cuentan con la infraestructura necesaria; además, existen en el mercado sistemas de software que permiten la integración con el sistema de historia clínica electrónica existente.


Hay pruebas fehacientes de la eficacia de la telepsiquiatría, y los estudios han demostrado que la satisfacción de pacientes, psiquiatras y otros profesionales es alta. La telepsiquiatría es equivalente al contacto cara a cara con un psiquiatra en términos de precisión diagnóstica, eficacia del tratamiento, calidad de la atención y satisfacción del paciente. La privacidad y confidencialidad del paciente son equivalentes a la atención personal.


Ventajas de la telepsiquiatría


La telepsiquiatría es una práctica sanitaria innovadora que utiliza la telemedicina en el campo de la psiquiatría. Suele consistir en la evaluación y atención psiquiátricas mediante el uso de tecnologías de telecomunicación, como la videoconferencia.


No cabe duda de que la falta de acceso a una atención de salud mental adecuada es uno de los mayores problemas de los sistemas de salud pública de todo el mundo. Aunque la psiquiatría ha sido tradicionalmente uno de los sectores de la medicina menos afectados por el cambio tecnológico, los recientes avances en la tecnología de la videoconferencia han demostrado su eficacia a la hora de proporcionar atención profesional de salud mental a poblaciones desatendidas, por diversas razones.


El coste de los servicios, la lejanía y escasez de profesionales y la persistencia de actitudes negativas hacia el tratamiento de los problemas de salud mental (estigma) figuran entre las barreras más citadas para acceder a los profesionales de la salud mental. La telepsiquiatría puede ayudar a superar algunas de las barreras de acceso al tratamiento.


La telemedicina puede reducir el coste de la atención de salud mental: los pacientes no tienen que preocuparse por los desplazamientos, el cuidado de los niños, la pérdida de horas de trabajo y otros problemas asociados a la visita a la consulta de un especialista alejado. Esta tecnología puede proporcionar atención de salud mental de calidad en cualquier clínica, incluidas las rurales, con conexión a Internet.


Métodos digitales para el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades mentales


La psiquiatría digital tiene un gran potencial para cambiar la práctica clínica futura y mejorar el trabajo de clínicos e investigadores. Ahora disponemos de tecnología que puede ayudar a monitorizar el estado de ánimo y el comportamiento de un paciente durante prácticamente todo el tiempo que no está en la consulta. Esta evaluación puede aportar datos más objetivos y cuantitativos sobre los pacientes.


La investigación ya ha avanzado en la "recopilación de datos digitales" sobre cómo interactúa un usuario con un dispositivo "inteligente" concreto, como un smartphone, y cómo lo hace con el mundo que le rodea. Por ejemplo, se recopilan datos de fondo mientras las personas hacen su vida normal (datos pasivos), como registros de llamadas/mensajes, los movimientos GPS del usuario o sus características de escritura en un teclado en pantalla. También pueden recogerse datos cuando se pide explícitamente al usuario que realice una tarea, como completar un diario de estado de ánimo o una prueba de memoria (datos activos).


También existen medios digitales para medir casi todos los componentes de una prueba de condiciones de salud mental. Esta piedra angular de la práctica clínica sigue siendo subjetiva y no cuantitativa, y la tecnología puede permitir una forma más cualitativa y objetiva de evaluar el estado de un paciente.


La inteligencia artificial como herramienta para identificar la medicación contra la depresión


Cuando un paciente está deprimido, los médicos suelen recetarle antidepresivos, pero sólo un 30% responde bien a la primera medicación prescrita. En la actualidad, la elección del tratamiento es puramente por ensayo y error.


Los datos de una nueva investigación publicada en la revista Nature Biotechnology afirman que una simple prueba cerebral de electroencefalograma, combinada con datos de inteligencia artificial, puede predecir si un antidepresivo funcionará en un paciente concreto.


Investigadores del Centro Médico Southwestern de la Universidad de Texas crearon un algoritmo de aprendizaje automático diseñado para analizar los datos del electroencefalograma y descubrieron que la mayoría de los participantes en el estudio con una determinada firma de ondas cerebrales también mostraban una fuerte respuesta a la sertralina (un antidepresivo comercializado bajo la marca Zoloft). Según los investigadores, esto era "mucho mejor" que utilizar factores clínicos, como si los pacientes presentaban determinados síntomas, para intentar adivinar si responderían bien al fármaco.


Los investigadores también aplicaron su algoritmo de IA a los datos de otro estudio en el que se midió el electroencefalograma de las personas antes de someterlas a estimulación magnética transcraneal (EMT) para tratar la depresión. Comprobaron que las personas que no respondían bien a la sertralina según los datos del EEG tendían a responder bien al tratamiento con EMT.


Examinar a un paciente con un EEG y luego analizarlo con un sistema basado en inteligencia artificial sólo lleva unos minutos y es muy rentable.


EMT como tratamiento del trastorno bipolar


Neuronetics ha desarrollado el dispositivo terapéutico NeuroStar para el tratamiento de la depresión bipolar, que recientemente ha obtenido el estatus de tecnología innovadora en Estados Unidos.


El trastorno bipolar provoca cambios drásticos y repetitivos en el estado de ánimo, la energía y la actividad. La terapia se centra en el tratamiento de la manía y la hipomanía en la fase de trastorno, con sólo unos pocos medicamentos aprobados para la depresión asociada a estos trastornos. El sistema NeuroStar tiene el potencial de proporcionar un tratamiento más eficaz para este trastorno.


NeuroStar es una forma no invasiva de neuromodulación que utiliza pulsos magnéticos para estimular zonas del cerebro que están inactivas en la depresión. Actualmente es el primer dispositivo de EMT para tratar la depresión bipolar en pacientes adultos con trastorno bipolar que no han obtenido una mejoría satisfactoria con la terapia farmacológica previa.


En 2008, la tecnología NeuroStar Advanced Therapy fue aprobada para el tratamiento de pacientes adultos con trastorno depresivo mayor en los que habían fracasado los antidepresivos.


Sistema de voz para monitorizar el estado de pacientes con trastornos mentales


MyCoachConnect, una aplicación de voz interactiva que utiliza inteligencia artificial, es capaz de monitorizar el estado clínico de pacientes con enfermedades mentales graves analizando sus muestras de habla. La aplicación se ha probado con éxito en un estudio en el que participaron 47 personas en tratamiento por trastorno bipolar, esquizofrenia y trastorno depresivo mayor.


En el estudio, los pacientes proporcionaron muestras de su habla durante un periodo de entre cuatro y catorce meses, y el algoritmo se entrenó para utilizar estas palabras en un análisis personalizado de su estado. La aplicación se centró principalmente en la elección de las palabras que utilizaban los pacientes en sus respuestas y en cómo éstas cambiaban con el tiempo, y en menor medida tuvo en cuenta el tono de sus voces.


En salud mental, según los investigadores, el uso de palabras específicas, incluidas emociones negativas o positivas, así como palabras específicas en primera persona, se asociaban a estados depresivos y a la exposición a sucesos traumáticos.


Conclusiones


El estigma engloba tanto los estereotipos negativos como los comportamientos discriminatorios hacia las personas con problemas de salud mental. Entre sus consecuencias sociales se incluyen la exclusión, el escaso apoyo social, una menor calidad de vida (subjetiva) y una baja autoestima. Además de que las actitudes negativas hacia uno mismo y hacia la sociedad afectan a la calidad de la vida diaria, el estigma también reduce la eficacia del tratamiento. En concreto, el autoestigma se correlaciona con un peor rendimiento profesional (éxito laboral) y un mayor aislamiento social. Estos factores son suficientes para luchar por erradicar el estigma de la salud mental y facilitar a más personas con trastornos mentales la inclusión social y la recuperación efectiva. La telepsiquiatría es una herramienta con la que se puede obtener la ayuda necesaria sin temor a la condena social. En algunos casos, aplicaciones especiales pueden incluso salvar la vida de un paciente o prevenir un estado crítico.

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