Medidas preventivas contra la Legionella

Medidas preventivas contra la Legionella
La manera de evitar contagios de la enfermedad del legionario es tomando las medidas preventivas contra la Legionella pertinentes. Evitar que la bacteria se multiplique es clave, ya que no hay vacunas que puedan protegernos.


¿Cómo se propaga la Legionella?


La bacteria Legionella es un riesgo para la salud, por el hecho de que puede provocar neumonía y, en casos graves, la muerte de la persona. Se contagia por medio de la inhalación de aerosoles líquidos que estén contaminados con la bacteria.


Por ejemplo, los aerosoles que generan los humidificadores, grifos, aires acondicionados, cabezales de ducha, equipos de aerosolterapia, etc.


La Legionella se encuentra en el agua y se multiplica cuando esta se encuentra entre temperaturas de 20 y 50 °C. Aunque la temperatura óptima oscila entre 35 y 45 °C. Si la bacteria está en un reservorio que mantiene la temperatura por debajo de 20 °C permanecerá latente. Y si está por encima de los 70 °C, muere.


Para que una persona se contagie debe haber una concentración suficiente de bacterias en el agua.


Las instalaciones de riesgo de propagación de la Legionella pueden ser individuales o colectivas. Por lo que hay medidas preventivas que se aplican en ambos para evitar que las bacterias crezcan y se multipliquen.


La clave para evitar que sobrevivan está en la limpieza y mantenimiento de esas instalaciones de riesgo. Hay medidas que se pueden aplicar en casa, así como otros tratamientos profesionales que se aprenden a través del curso online homologado legionella.


Medidas preventivas contra la Legionella


En casa puedes tomar algunas prevenciones para evitar el contagio de legionelosis. Estas medidas incluyen desinfectar al menos una vez al año los cabezales de duchas y grifos. Si tienes algún grifo en casa que no sea de uso recurrente, debes purgarlos una vez a la semana y dejar que el agua corra durante cinco minutos.


Utiliza difusores de gota gruesa y elimina las incrustaciones de cal que aparezcan en las instalaciones.


Las bañeras de hidromasaje representan un riesgo porque tienen la temperatura ideal para la proliferación de la Legionella. Así que si tienes una en casa, asegúrate de desinfectarla cuando la uses.


En el caso de los aires acondicionados, también hay que limpiar y desinfectar la bandeja de recogida de condensados.


Cuando se trata de instalaciones de edificios como depósitos de agua para el consumo humano o sistemas de agua caliente centralizados, hay que tener un programa de mantenimiento que incluya limpieza de tanques y desinfección.


Las piscinas deben tener una concentración de cloro libre de 5 ppm.


Por otra parte, los conductos de aire acondicionado deben limpiarse al menos una vez al año.


Asimismo, hay que llevar un control de los humidificadores, los cuales deben inspeccionarse una vez al mes, drenar el agua, vaciar y limpiar la bandeja, y el relleno cada seis meses.


Estos son algunos métodos de prevención que se pueden aplicar para evitar la proliferación de la bacteria Legionella. Hay casos en los que se requiere formación especializada para no exponerse a las enfermedades que puede provocar. 


Con estas medidas preventivas contra la Legionella la probabilidad de tener contacto con la bacteria es menor.

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