Las máquinas de vending se iniciaron en el sector del motor

A pesar de que en Europa las máquinas expendedoras aún se asocia con las bebidas y la nutrición, en ciertos países de Asia y América del Norte, tecnológicamente muy avanzados, las máquinas expendedoras de vehículos llevan ya ciertos años en marcha.

De esta manera, las grandes ciudades del gigante asiático, siempre y en todo momento a la cabeza, en  Shanghai y Nanjing acogen desde hace unos años maquinas vending de vehículos que ofrecen un servicio de carsharing, o sea, automóviles que se emplean por un determinado tiempo, compartidos o bien en régimen de préstamo, este modelo de negocio arranco desde la plataforma de comercio on-line Alibaba mediante una aplicación que deja elegir el turismo al usuario en función de sus gustos o bien necesidades.

Otro caso a resaltar es el de Singapur, país que siempre y en toda circunstancia reserva al visitante occidental un sinfín de sorpresas; esta vez la que hoy puede considerarse la máquina expendedora más grande del planeta, una inmensa torre de más de 15 alturas que junto a la compañía de automoción Autobahn Motors Singapore (ABM), se dedica al negocio de compra y venta de vehiculos lujo y cobija en su interior sesenta espectaculares deportivos de marcas tan reputadas como Bentley, Ferrari o bien Porsche.

La compañía oriental ha desarrollado una original y especial forma de entrega: una vez comprado un vehículo por medio de una tablet, un sistema de ascensores lo va a hacer descender hasta la entrada del edificio de una manera muy semejante a la que lo hace un producto que podríamos adquirir por una moneda en una máquina de vending de cualquier lugar.

E.U. y la cultura del espectáculo

Y llegamos a USA, donde la firma Carvana, experta en la venta por Internet de turismos nuevos y de segunda mano, cuenta con múltiples expendedoras de vehículos distribuidas a lo largo y ancho del país, y que salto al candelero por haber abierto la primera de ellas en el estado de Nevada, en concreto en Las Vegas, como no podía ser de otra manera. La máquina expendedora, que hace la número veintiocho, ocupa un edificio de once plantas y aloja hasta treinta y nueve turismos, que van desde marcas tradicionales como Chevrolet o bien Mustang hasta una selección de automóviles más pequeños, urbanos y económicos.

Si el comprador escoge la opción de recoger el vehículo adquirido en la propia máquina expendedora, un representante de atención al usuario le va a hacer entrega a su llegada de una moneda conmemorativa de Carvana, del tamaño aproximado de un disco de hockey, que va a poder introducir en un dispositivo con forma de slot machine -no olvidemos que estamos en Las Vegas- y tirar de una palanca para simular que gana un turismo en una tragaperras.

Digno final de un proceso de adquisición efectuado en la cuna del espectáculo.

¿Vamos a ver cualquier día algo semejante en España?