Hábitos para un embarazo saludable

El embarazo es una de las etapas más lindas de la vida, aunque ciertamente para unas puede ser más difícil que para otras.
Como quiera que sea, si algo es importante en esta etapa, tanto para la madre como para el bebé que está por venir al mundo, es lograr un estado de bienestar óptimo tanto desde el punto de vista físico como el emocional, lo cual a su vez define un embarazo saludable.
Para la materialización de este, existen prácticas y recomendaciones que toda madre debe seguir.
Acceder desde el inicio a los cuidados médicos
Desde el mismo inicio del embarazo, y buscando su perfecto desarrollo, se debe asistir al médico para recibir los pertinentes cuidados prenatales.
Como parte de estos la madre es sometida a pruebas y exámenes que ayudan a detectar condiciones médicas, que a su vez podrían devenir en complicaciones para la gestación.
Asimismo, el médico hace un seguimiento a la evolución de la etapa y el desarrollo del futuro niño o niña, lo cual redunda en mejor preparación del parto y más salud para la madre y su bebé.
Ingerir las vitaminas necesarias
Para un embarazo saludable es necesario tomar las vitaminas prenatales.
Estas contienen más hierro y ácido fólico que los suplementos vitamínicos comunes, muchos de los cuales también se pueden consumir, según oriente o no el médico que te atiende.
El ácido fólico es muy importante porque minimiza los riesgos de que el bebé desarrolle malformaciones congénitas, razón por la que ninguna embarazada debería renunciar a consumirlo.
El hierro también es sumamente importante, así como otros nutrientes y vitaminas que no pueden consumirse en exceso.
Solo el médico es quien decide qué y cuánto debes tomar para llevar tu embarazo a feliz término.
Tener una alimentación adecuada
Por supuesto, la alimentación es clave para tener un embarazo saludable.
En esta etapa de la vida debes alimentarte de forma específica y adecuada, y desechar esos falsos preceptos que dicen que hay que comer mucho.
Realmente una embarazada solo requiere 300 calorías adicionales a su consumo habitual, aunque sí debe variar la composición y balance de los alimentos.
Por ejemplo, debe comer más proteína que antes de quedar embarazada y asegurarse de cumplir con la cantidad exacta de calcio que requiere ingerir.
Asimismo, se recomienda evitar los huevos crudos y las carnes poco hechas, así como los lácteos y jugos sin pasteurizar, para no llevar al organismo eventuales bacterias perjudiciales para la personita que se forma dentro.
Practicar regularmente ejercicio físico
Si malo es no reposar, también lo es el sedentarismo y ello aplica también para el embarazo.
Practicar ejercicios físicos con regularidad es igualmente importante en esta etapa, ya que permite a la gestante ganar en fuerza y resistencia, necesarias para tolerar la natural subida de peso y obtener otros beneficios.
Entre estos están la prevención y reducción de los dolores corporales, el mejoramiento de la circulación, el favorecimiento de una mejor condición física para afrontar el parto, y la preparación del cuerpo para que recupere un buen estado de forma rápidamente, luego de nacida la nueva personita.
Lógicamente, las embarazadas deben entrenarse de manera segura, y sin llegar nunca a sobrecalentarse o deshidratarse.
Pendientes de la salud emocional
Por último, un embarazo saludable requiere gestionar eficientemente el estrés y los cambios de ánimo y humor que le son característicos a esta etapa de la vida. La salud emocional de la gestante debe ser favorecida y atendida con esmero, puesto que depresiones agudas y otros males pueden impactar negativamente tanto en su salud general, como en la del bebé.
Te recomendamos que gestiones bien el uso que haces de las redes sociales, porque ciertos hábitos y adicciones relacionadas con la tecnología también pueden afectar al desarrollo de tu bebé, como leemos en este artículo de LaNuevaCronica sobre Cómo la tecnología puede influir en los primeros años de vida de nuestros hijos.
Reposar bastante y con calidad
A tono con lo anterior, el cuerpo humano necesita un mayor reposo, y de calidad, durante la gestación y en el posparto.
Para esto no hay mejor guía que el propio cuerpo, cuyos pedidos y señales deben atenderse al dedillo.
Adiós a los malos hábitos
En un embarazo saludable no tienen cabida los malos hábitos que causan daño a la salud como el consumo de tabaco y cigarrillos, alcohol, drogas y otros estimulantes.
Ten presente que además de hacerte daño a ti misma, también se lo estarías haciendo a tu bebé, que debido al consumo de cualquiera de esas sustancias nocivas tendría mayores riesgos de nacer bajo de peso y presentar en el futuro problemas de aprendizaje, atención, hiperactividad y mucho más, por no hablar de que hasta podría no nacer, porque con esas malas prácticas se elevan las probabilidades de que tengas un aborto espontáneo.
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AUTOR: Daniel Raval
EN: Bienestar