Perder peso sin cirugía: la novedad en los procedimientos bariátricos

Si en algún momento comenzaste a notar que aumentabas de peso de forma desproporcionada en función de tu actividad física y hábitos alimenticios, lo más probable es que tu nutriólogo te haya canalizado con el médico bariatra. Además, seguramente el especialista te planteó varias alternativas para atacar tu problema, amén de sugerirte no decaer en tu programa de dieta y ejercicios.
Y pese a que, como te habrás enterado en este punto, existen soluciones, el llegar a este momento, es, por tres razones, estar en el umbral una etapa crítica: primero, porque no ver resultados de tus esfuerzos es desalentador; en segundo lugar, porque el enterarte de que la obesidad no es sino un síntoma de otra enfermedad (casi siempre una alteración metabólica) y debes hacer frente a un nuevo proceso de duelo por el deterioro de la salud; y en tercer lugar, porque las alternativas con las que cuentas implican, en la mayor parte de los casos, intervenciones quirúrgicas.
Algunas de ellas son el bypass gástrico, que consiste en crear una especie de ‘bolsa’ dentro del estómago y conectarla con el intestino delgado a fin de restringir el paso de los alimentos, que son redirigidos para su pronta eliminación. Tras el procedimiento, se comienza a experimentar mayor saciedad después de las comidas.
Otra opción es la manga gástrica, intervención en la que se extrae parte del estómago (lo que incluye la zona donde se produce la hormona del apetito). De este modo, por medio de la reducción del espacio en que se almacenan los alimentos, pero también de un cambio inducido a nivel metabólico, pacientes con obesidad mórbida pueden perder entre un 35% y un 90% del excedente de peso.
Por otro lado, el balón intragástrico es una esfera de silicón que se llena con solución salina y se introduce en el estómago con el propósito de reducir el apetito de manera similar a como lo hacen los otros métodos. El tratamiento da como resultado una pérdida de peso de entre el 10% y el 15% tras los primeros seis meses.
Todas las posibilidades implican cirugía, por lo que si eres sensible a la idea de entrar en el quirófano, la buena noticia es que ahora la colocación del balón gástrico no requiere de una intervención, sino que se instala en el cuerpo mediante la toma de una píldora que contiene el balón, mismo que se despliega al llegar al estómago y se llena de solución mediante un catéter. Pregunta a tu médico y encuentra el método ideal para estar saludable y reconciliarte con tu imagen corporal.
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