¿Qué son los hostels?

Un hostel acostumbra a ser económico por el hecho de que está orientado a jóvenes y estudiantes, si bien no es bastante difícil ver a algún viajante cano tomando una taza de café en la sala de alguno de ellos. Y es que ciertos hostels no tienen nada que envidiar a los hoteles: ¿Cuántos de nosotros hemos ido a un Hotel de 4/5 estrellas y hemos debido abonar por la wi-fi al paso que en el albergue más miserable tienes wi-fi sin costo 24h?

Los hostels sostienen su nomenclatura, esencialmente, por no contar con elevador, por las dimensiones de sus habitaciones o bien por no contar con de servicio de restaurant. Pese a eso, es extraño que no cuenten con servicio de desayuno, si bien este sea básico: café, torradas, cereales y algún bollo.

En todos y cada hostel acostumbra a existir un número reducido de habitaciones privadas y otras destinadas únicamente a mujeres, mas lo normal son habitaciones compartidas de cuatro, ocho, diez, doce, veinte e incluso de treinta y dos.

Dormir en un hostel es disculpa genial para conocer más viajantes que desean hacer turismo en exactamente la misma urbe en la que  estás. Aun, si llevan múltiples días en la urbe, te pueden servir de guía. Conocedores de eso, el propio hostel suele organizar diferentes actividades para los huéspedes como partidas de videoconsola, juegos de mesa o de cualquier otro tipo para conocerse, incluso preparar excursiones y salidas nocturnas para conocer los principales puntos turísticos y de ocio de la ciudad.

Yo he dormido en bastantes (todos en diferentes ciudades de Europa) y es una toda una aventura diferente el alojamiento en cada uno de ellos, viviendo infinidad de situaciones como:  jugar a la play con el propio dueño del hostel en Polonia, jugar al futbolín en la ciudad de París, y otras diferentes en un hostel de nueve pisos en londres a otras en un hostel cristiano en pleno barrio rojo en Amsterdam.