Claves para combinar molduras, paspartús y fondos neutros con equilibrio
Lograr que un cuadro destaque no depende solo de la obra, sino de cómo se integran la moldura, el paspartú y el fondo neutro. Estos elementos funcionan como un marco visual que dirige la atención y refuerza la estética general sin competir con la imagen principal. Cuando se eligen con criterio, aportan coherencia y elevan la percepción del conjunto.
La moldura define el carácter del cuadro y su relación con el espacio. Los perfiles sencillos aportan ligereza y modernidad, mientras que las molduras más elaboradas añaden presencia y un aire clásico. El material, el acabado y el color deben acompañar el estilo de la obra y del entorno para evitar contrastes forzados que resten armonía visual.
El paspartú cumple una función esencial al crear una separación visual entre la imagen y el marco. Su color y grosor influyen directamente en la profundidad y en la lectura de los tonos. Los paspartús claros suavizan y aportan luminosidad, mientras que los más oscuros refuerzan el contraste y la intensidad. Ajustar su anchura permite adaptar el conjunto a una estética más sobria o más protagonista.
El fondo neutro completa la composición y condiciona la percepción final. Tonos como el blanco, el gris o el beige ayudan a que la obra respire y se integre con naturalidad en el espacio. La clave está en elegir un fondo que acompañe sin distraer, manteniendo un equilibrio visual que favorezca la continuidad del conjunto decorativo.
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FECHA: a las 11:45h (75 Lecturas)
TAGS: moldura, paspartú, combinación
AUTOR: Intermol.es
EN: Arte
