Cómo seleccionar la moldura perfecta según el estilo de tu decoración

Para espacios de estilo clásico, la elegancia reside en la presencia y el detalle. Se recomienda optar por molduras con relieves discretos, acabados dorados o plateados envejecidos y perfiles de mayor grosor. Este tipo de marco realza piezas tradicionales o mobiliario sobrio al aportar un toque distinguido que conecta con la riqueza del entorno.

Por el contrario, los interiores nórdicos apuestan por la sencillez, la luminosidad y el uso de tonos claros. En este caso, las molduras lacadas en blanco o en madera clara con líneas finas se integran sin competir con la obra, permitiendo que la atención recaiga sobre la imagen. Son ideales en entornos donde predominan paredes neutras y un mobiliario funcional.

En cambio, en ambientes industriales, la autenticidad cobra protagonismo. Molduras de aluminio, madera oscura o con textura desgastada se inscriben con naturalidad en espacios donde predominan el metal, el ladrillo o el hormigón. La clave está en perfiles sobrios, sin ornamentación, que acompañen la obra sin restar carácter al conjunto.

Más allá del estilo, hay tres criterios que conviene tener en cuenta: material y acabado (madera noble para clásicos, tonos claros para nórdicos, metálicos o sin tratar para industriales), color y tono (cálidos en clásicos, neutros en nórdicos, oscuros en industriales), y perfil y ornamentación (más elaborado en clásicos, simple en nórdicos, funcional en industriales). Si buscas una selección de opciones adaptadas a cada estilo, puedes explorar el catálogo de Intermol para elegir la moldura para cuadros ideal según tu estilo decorativo.