Consejos para sacar el máximo partido a tu spray autobronceador

El autobronceador es una alternativa inteligente para aquellas personas que desean lucir un tono bronceado sin tener que exponerse a los riesgos de la radiación solar. Aunque su aplicación es sencilla, conseguir un resultado natural y uniforme puede requerir más que su simple aplicación sobre la piel. La diferencia entre un bronceado artificial que parezca real y uno que no pase desapercibido y delate inmediatamente su origen radica en la técnica, la preparación y los cuidados previos y posteriores.


Preparación previa de la piel


La preparación de la piel constituye el paso más crítico para lograr un bronceado uniforme y duradero. Una piel mal preparada inevitablemente resultará en un acabado irregular, con zonas más oscuras y otras que apenas han tomado color.


Cómo exfoliar e hidratar la piel previamente


Se debe comenzar con una correcta exfoliación, que debe realizarse entre 24 y 48 horas antes de la aplicación del autobronceador. Gracias a esto, se permite que la piel se recupere del proceso exfoliante, pero mantiene la superficie lisa y uniforme necesaria para una aplicación perfecta. El objetivo es eliminar las células muertas que se acumulan de forma natural; especialmente en zonas más rugosas como codos, rodillas y talones, ya que es donde la piel tiende a ser más gruesa.


Para la exfoliación corporal, resulta efectivo utilizar un guante de crin o una esponja vegetal junto con un exfoliante suave. Los movimientos deben ser circulares y ascendentes, prestando especial atención a las áreas mencionadas anteriormente. En el rostro, donde la piel es más delicada, se debe optar por un exfoliante facial específico con gránulos más finos.


Dentro de este paso previo también entre la hidratación, después de la exfoliación es fundamental, pero debe hacerse con productos libres de aceites. Ya que la piel excesivamente grasa puede crear una barrera que impida la correcta absorción del autobronceador, resultando en un color desigual. Las cremas hidratantes ligeras, preferiblemente en gel o base acuosa, proporcionan la humedad necesaria sin crear esa película oleosa problemática.


Técnicas de aplicación:


La correcta aplicación de un autobronceador requiere paciencia y método, y sobre todo el producto autobronceador adecuado. La diferencia entre un resultado profesional y uno casero amateur radica precisamente en la técnica empleada.


Cómo aplicar el producto de manera uniforme


La clave está en trabajar por secciones pequeñas, aplicando el producto de manera gradual y extendiéndolo inmediatamente. Ya sea crema autobronceadora o spray autobronceador, el movimiento debe ser constante y uniforme.


Los codos, rodillas y tobillos tienden a absorber más producto debido a que la piel es naturalmente más seca y gruesa en estas zonas. Para evitar que queden más oscuras, conviene aplicar una cantidad menor de producto o diluirlo ligeramente con crema hidratante.


También se debe poner atención en manos y pies, debe aplicarse poca cantidad y extenderse rápidamente sin olvidarse de hacerlo entre los dedos.


Trucos para lograr un acabado natural y sin manchas


La iluminación durante la aplicación resulta crucial. Una luz blanca y uniforme permite detectar inmediatamente cualquier zona mal aplicada o con exceso de producto. Aplicar bajo luz amarilla o tenue puede llevar a errores que solo se hacen evidentes a la luz del día.


Para las zonas difíciles de alcanzar, como la espalda, resulta útil contar con ayuda o utilizar aplicadores con mango extensible. La aplicación desigual en la espalda es uno de los errores más comunes y más evidentes del autobronceado casero.


Cuidados posteriores:


Una vez aplicado correctamente el autobronceador, los cuidados posteriores determinaran tanto la duración como la calidad del resultado obtenido.


Cómo hidratar y cuidar la piel después de aplicar el autobronceador


Las primeras 4-6 horas después de la aplicación son críticas. Durante este período, debe evitarse el contacto con agua, ejercicio intenso, ropa ajustada o cualquier actividad que pueda causar sudoración o fricción. El autobronceador necesita este tiempo para desarrollarse completamente y fijarse en la piel.


Una vez transcurrido este período inicial, la hidratación se convierte en el aliado principal para mantener el bronceado. Una piel bien hidratada retiene mejor el color y se descama de manera más uniforme. Las cremas hidratantes específicas para piel bronceada suelen contener ingredientes que ayudan a prolongar el color, como extractos naturales o pequeñas cantidades de DHA.


 


El dominio del autobronceador requiere de práctica, paciencia y atención al detalle. Desde la preparación inicial de la piel hasta los cuidados posteriores, cada paso influye en el resultado final. La diferencia entre un bronceado artificial que luzca natural y uno que resulte obviamente artificial radica en la técnica empleada y la constancia en los cuidados.

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