Síndrome del impostor en la pareja

Síndrome del impostor en la pareja
Falta de confianza en sí mismo, complejo, devaluación... La persona que sufre el síndrome del impostor duda constantemente de la legitimidad de sus éxitos y odia ser el centro de atención. Moraya Seeger DeGeare, terapeuta matrimonial y familiar certificada explica más sobre el síndrome del impostor en la pareja.
¿Qué es el síndrome del impostor?
El término "síndrome del impostor" (también llamado "síndrome autodidacta" o "complejo de la impostura") fue acuñado por dos psicólogos estadounidenses en 1978: Pauline Rose Clance y Suzanne A. Imes. "Este síndrome expresa una sensación desagradable de duda permanente que consiste en no sentirse legítimo en el estado actual y tener dificultades para apropiarse de los propios éxitos", dice Johanna Rozenblum, psicóloga clínica en París. Este síndrome es un mecanismo psíquico que crea en las personas afectadas un sentimiento permanente de escepticismo hacia su propio valor y que les empuja a atribuir su éxito a factores externos, como la suerte o el azar. En resumen, si la persona tiene éxito, nunca es gracias a sus cualidades". Concretamente, las personas que lo padecen piensan que no merecen su lugar y tratan de engañar a quienes les rodean sobre sus verdaderas habilidades. Constantemente esperan ser "desenmascarados", como si fueran "farsas". Este miedo constante los empuja a desarrollar estrategias de defensa como evitar situaciones que provocan ansiedad, procrastinación sistemática o un exceso de celo, que pueden crear estrés permanente y perjudicial a largo plazo, hasta el agotamiento o la depresión.
¿Es una enfermedad?
No, el síndrome del impostor no es una enfermedad o patología, psíquico. "Estamos hablando de un estado psicológico que todo el mundo puede atravesar durante su vida o carrera profesional. En realidad, este es un problema común ya que, según un estudio publicado en el Journal of Behavioral Science y retransmitido por Forbes, el 70% de la población mundial dudaría al menos una vez en su vida de la legitimidad de sus éxitos", señala nuestro experto.
Síntomas del síndrome del impostor
"El síndrome del impostor se basa en un conjunto de creencias erróneas que deben ser cuestionadas para tratar de trabajar un sistema de pensamiento más justo y sobre todo más favorable al bienestar", señala nuestro interlocutor. Se pueden usar varios signos para reconocer el síndrome del impostor:
Una atribución externa para explicar sus éxitos o los acontecimientos positivos de su vida (ejemplos: "Tuve suerte ese día", "solo estaba yo para realizar esta tarea"...) que puede hacernos pensar en una modestia excesiva.
Una baja autoestima y una banalización de sus logros (ejemplo: "No exageres", "no me requirió un esfuerzo tan grande hacer este trabajo").
Una alta exigencia y perfeccionismo hacia sí misma, en paralelo con un cuestionamiento sistemático de sus habilidades (ejemplos:" No me rendiré hasta que haya tenido éxito en esta tarea y veremos si estoy a la altura de la tarea"). La persona que padece el síndrome del impostor gasta demasiada energía en comparación con la tarea que se le pide que realice, muestra una sobreinversión, lo que le permite atribuir su "eventual" éxito a una gran cantidad de trabajo y no a sus habilidades reales.
Una tendencia a huir o evitar situaciones en las que estaría en el centro de atención por miedo a ser derrotada y que se revele su impostura (reunirse, hablar...). No es raro que la persona se sabotee a sí misma mediante "actos fallidos" (un retraso, una ausencia, la no rendición de un informe...). De esta manera, evita enfrentarse a felicitaciones o reconocimientos y así echa de menos cierta incomodidad.
Pensamientos disfuncionales en bucle y/o rumiaciones: la persona pasa su tiempo tratando de entender cómo podría ser elegida para este puesto, por esta persona, para cumplir esta misión... Ella lucha por reconocer sus cualidades y razones consigo misma al denigrarse perpetuamente a sí misma.
Significados, causas: ¿cómo se puede explicar?
Varios factores pueden explicar la sensación de impostura: las bajas expectativas parentales de éxito profesional y social o, por el contrario, demasiado altas serían causas frecuentes de este síndrome. "Venir de una familia de bajo nivel socioeconómico también puede dar a la persona la sensación de no estar en su lugar profesionalmente. Es lo mismo si la persona está en minoría de género u origen en su equipo profesional", explica nuestro interlocutor. El síndrome también puede afectar a la persona cuya carrera a menudo ha cambiado o evolucionado muy rápidamente durante su vida profesional. Estas situaciones crearían dudas y ansiedad significativas sobre sus habilidades reales. Finalmente, el síndrome se puede encontrar en adultos que han carecido de cuidado y atención en la infancia.
Mujeres, hombres... ¿Quiénes son las personas de mayor riesgo?
"Los estudios sobre el tema muestran que entre el 60 y el 70% de la población habría experimentado al menos una vez este sentimiento de impostura. No hay diferencia de género: los hombres pueden sufrir tanto como las mujeres en cualquier categoría socioprofesional. No es el trabajo sino el lugar que ocupamos en la jerarquía o las responsabilidades que se nos confían lo que más desencadena el síndrome", dice Johanna Rozenblum. Las personas autodidactas sin diplomas, por ejemplo, serían más propensas a pensar que no merecen su lugar y también estarían en riesgo de desarrollar este síndrome. El síndrome del impostor a menudo afecta al ámbito profesional, pero también puede ser visible en la vida privada: en la amistad, en el amor, con la familia...
Aprende a escucharte a ti mismo
Antes de cambiar cualquier cosa, es importante observar los pensamientos impostores a medida que se manifiestan. "No soy lo suficientemente bueno para mi pareja" o "Ni siquiera puedo mantener a mi pareja" son dos ejemplos bastante comunes. Después de notar con qué frecuencia se manifiestan estos pensamientos, pregúntese cómo lo afectan a usted y a su relación, sugiere DeGeare. ¿Tus temores de no ser "lo suficientemente bueno" te empujan a buscar una validación excesiva? ¿Retirarte en ti mismo hasta que te vuelvas emocionalmente indisponible? ¿Para discutir contigo?
"Tendemos a querer una razón concreta para terminar una relación", explica. "Pero a menudo sucede que una persona realmente no está disponible emocionalmente porque no ha hecho el trabajo necesario para detectar sus bloqueos internos. Y el síndrome del impostor es uno de esos bloqueos. Comience preguntándose: "¿Estoy realmente disponible para una relación o mis inseguridades están ahí para evitar que me dé cuenta de lo que temo que pueda suceder?
Practica afirmaciones positivas a diario
Es probable que al principio te sientas incómodo y un poco tonto. Pero, según DeGeare, los ejercicios que involucran afirmaciones diarias, o cualquier otro ritual diario diseñado para ayudarlo a deshacerse de esos pensamientos negativos, son la clave para superar su síndrome de impostor. Aquí hay una manera fácil de comenzar: encuentre un lugar tranquilo, tal vez frente a un espejo, y dígase a sí mismo que es suficiente: que es un buen compañero, que merece su relación y que su pareja también cuida de usted. Puedes hablar en voz alta o recitar estas afirmaciones en tu cabeza. Lo importante es superar la sensación de incomodidad y perseverar; puede llevar tiempo.
Piensa en la terapia
Si puede pagarlo y tiene acceso a él, la terapia es una excelente manera de obtener ayuda adicional. Necesitas deshacerte de esos pensamientos negativos que te dicen que no mereces que las personas en tu vida estén realmente presentes en una relación y creer en las afirmaciones "Soy bastante bueno contigo o sin ti, soy lo suficientemente bueno para esta relación", dice DeGeare.
Habla con tu novia
El síndrome del impostor a menudo está solo en la cabeza. Por lo tanto, puede ser útil hablar directamente con su pareja para informarle sobre sus inseguridades. "Hablar de tus miedos y permitir que [tu pareja] te consuele es intimidad", dice DeGeare. Si sacas a relucir tus inseguridades en voz alta, tu pareja puede tranquilizarte y recordarte que esta es solo la voz de tu crítico interno", dice DeGeare. "Realmente ayuda a liberarse de ese sentimiento".
Lo que es inútil, sin embargo, según DeGeare: es pedirle a tu pareja que te tranquilice constantemente. "Cuando hablas de tus miedos, también tienes que estar dispuesto a escuchar, aceptar sus palabras y creerles". Es esencial poder aceptar la comodidad de su pareja (o incluso de su amigo o familia). Si te encuentras preguntando repetidamente "¿Soy suficiente para ti?" porque el alivio que sientes dura solo medio segundo, es posible que aún tengas trabajo que hacer de tu parte.
Todos tenemos nuestras incertidumbres, pero es importante reconocer cuándo nos están perjudicando activamente a nosotros y a nuestras relaciones. Recuerda que eres suficiente, aunque a veces no te apetece.
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