¿Cuánto dura un sistema de aerotermia antes de tener que cambiarlo?

¿Cuánto dura un sistema de aerotermia antes de tener que cambiarlo?
 


La aerotermia se ha convertido en una de las soluciones de climatización más demandadas en los últimos años gracias a su eficiencia energética y a su capacidad para ofrecer calefacción, refrigeración y agua caliente con un consumo reducido. Sin embargo, una de las preguntas más frecuentes entre quienes valoran instalar este tipo de tecnología es cuánto tiempo dura realmente un sistema de aerotermia antes de necesitar ser sustituido. La respuesta, aunque no es exacta para todos los casos, sí puede aproximarse a partir de la experiencia de fabricantes, instaladores y usuarios. En este análisis se desglosa no solo la vida útil habitual, sino también los factores que influyen en ella, los cuidados necesarios y las señales que indican que un reemplazo podría estar cerca.


Cuánto suele durar un sistema de aerotermia


De manera general, un sistema de aerotermia bien instalado y correctamente mantenido puede alcanzar una vida útil de entre 15 y 20 años. En algunos casos bien cuidados y con componentes de alta gama, esta cifra puede extenderse incluso hasta los 25 años. La bomba de calor, que es el corazón del sistema, suele ser el elemento con mayor carga de trabajo y, por tanto, el que primero muestra señales de envejecimiento. Aun así, su robustez y el diseño orientado a la eficiencia hacen que su deterioro sea lento, siempre que se utilice en condiciones adecuadas y que se realicen las revisiones necesarias.


La importancia del uso y el mantenimiento


El modo de uso influye de forma directa en la duración del equipo. Aquellos hogares que someten el sistema a un funcionamiento intensivo durante todo el año suelen observar un desgaste algo más rápido, aunque sin llegar a comprometer su fiabilidad. Una instalación bien dimensionada —algo esencial— ayuda a evitar sobrecargas, ciclos de encendido y apagado demasiado frecuentes o esfuerzos innecesarios de la bomba. El mantenimiento, aunque menos exigente que en otras tecnologías, resulta fundamental. Revisar presiones, asegurar la limpieza de intercambiadores y verificar el rendimiento general permite prolongar de manera clara la vida útil del conjunto.


Recomendación externa sobre vida útil


En este contexto, también es útil conocer opiniones y análisis de fuentes externas que estudian el comportamiento de estas tecnologías a lo largo del tiempo. Por eso, en el quinto párrafo te recomiendo leer el artículo de SomosPalencia si quieres saber cual es su vida útil, ya que allí encontrarás una visión complementaria que ayuda a comprender mejor los rangos habituales y los factores que más influyen en el envejecimiento del sistema.


Señales que indican que un sistema puede estar llegando a su final


Aunque la aerotermia destaca por su durabilidad, hay indicadores que permiten detectar que el equipo está entrando en una fase de desgaste relevante. Una disminución progresiva en la eficiencia, un aumento del consumo energético sin razón aparente, ruidos inusuales o un rendimiento menos estable son algunas de las señales más habituales. También puede aparecer la necesidad de reparar componentes con más frecuencia, lo que suele indicar que el sistema está superando la mitad o el final de su vida útil. A diferencia de otros sistemas de calefacción tradicionales, la aerotermia suele avisar con tiempo, lo que permite planificar una eventual sustitución sin urgencias.


Factores que pueden reducir la vida útil


Aunque los rangos de duración son amplios, existen circunstancias que pueden acortar de forma notable el tiempo de servicio del equipo. Uno de los factores más relevantes es la calidad de la instalación. Una configuración incorrecta, un mal dimensionamiento o una elección errónea del tipo de unidad exterior para el clima local pueden generar tensiones adicionales en los componentes. Del mismo modo, un entorno con condiciones extremas —por ejemplo, zonas muy frías donde la bomba de calor trabaja al límite durante largos periodos— puede acelerar el desgaste. La falta de mantenimiento también juega un papel determinante, ya que pequeñas incidencias sin revisar pueden derivar con el tiempo en averías de mayor envergadura.


Reparar o sustituir: el dilema habitual


Cuando un sistema de aerotermia empieza a fallar de forma reiterada, surge la duda de si conviene continuar con reparaciones puntuales o apostar por un cambio completo. La decisión depende del diagnóstico técnico y del coste de las intervenciones. Cuando la bomba de calor presenta averías significativas o su rendimiento cae de forma drástica, la sustitución suele ser la opción más recomendable. En cambio, si los problemas proceden de elementos secundarios, como sensores, válvulas o componentes eléctricos menores, resulta más razonable optar por la reparación. En cualquier caso, valorar la antigüedad del sistema es clave: si supera los 15 años, la balanza suele inclinarse hacia el reemplazo.


Cómo prolongar la vida útil al máximo


 


Mantener el sistema en óptimas condiciones no requiere grandes esfuerzos, pero sí cierta constancia. Realizar una revisión anual por parte de un técnico especializado es una de las mejores decisiones. También es importante mantener despejada y limpia la unidad exterior, evitar obstrucciones y asegurar que el flujo de aire sea el adecuado. En el caso de instalaciones combinadas con suelo radiante, la limpieza y revisión de circuitos ayuda a mantener la eficiencia global. Además, utilizar el sistema de manera estable, evitando cambios bruscos o temperaturas extremas, contribuye a reducir el desgaste del compresor.

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TAGS: aerotermia, sistema de aerotermia, equipo de aerotermia

EN: Sociedad