Humedades en casa: causas comunes y cómo prevenirlas de forma definitiva

Humedades en casa: causas comunes y cómo prevenirlas de forma definitiva
Humedades en casa: causas comunes y cómo prevenirlas de forma definitiva


Las humedades en el hogar son uno de esos problemas que, si no se abordan a tiempo, pueden convertirse en una auténtica pesadilla. Aunque a veces comienzan con una simple mancha en la pared o un ligero olor a moho, lo cierto es que pueden acabar dañando seriamente la estructura del edificio, provocar problemas de salud y reducir el valor del inmueble. Por eso, más allá de aplicar soluciones estéticas que solo disimulan el daño, lo más recomendable es actuar desde el origen y proteger la vivienda con un sistema antihumedad eficaz.


En España, muchas viviendas —sobre todo aquellas construidas hace más de 30 años— no cuentan con un aislamiento adecuado frente a la humedad. Esto, unido a condiciones climáticas variables, hace que sea común encontrar filtraciones, manchas negras, pintura que se desconcha o paredes frías al tacto. Identificar correctamente el tipo de humedad es el primer paso para poder combatirla. No es lo mismo la humedad por condensación, que se genera en el interior por falta de ventilación, que la humedad por capilaridad, que asciende desde el terreno, o la humedad por filtración, que suele venir del exterior.


Un error bastante común es recurrir a soluciones temporales, como pintar sobre las manchas o usar deshumidificadores portátiles sin estudiar la raíz del problema. Estas medidas pueden camuflar el daño durante unos meses, pero si no se interviene adecuadamente, la humedad volverá. En cambio, un tratamiento profesional que incluya un buen sistema antihumedad puede ofrecer resultados duraderos y efectivos.


Uno de los sistemas más utilizados actualmente en viviendas afectadas por humedad por capilaridad es la inyección de resinas hidrófugas en los muros. Estas resinas crean una barrera impermeable que impide que el agua suba desde el subsuelo. También existen soluciones más avanzadas como los sistemas de electroósmosis activa o pasiva, que invierten el flujo de agua mediante impulsos eléctricos. Estas tecnologías, aunque más recientes, han demostrado ser especialmente útiles en construcciones antiguas, como bajos o sótanos de edificios históricos.


Para la humedad por condensación, la clave suele estar en mejorar la ventilación. Instalar un sistema de ventilación mecánica controlada (VMC), ventilar correctamente los espacios húmedos como baños y cocinas, y reforzar el aislamiento térmico de las paredes son pasos fundamentales. A veces, basta con pequeñas mejoras, como cambiar ventanas por modelos con rotura de puente térmico, para notar una diferencia significativa.


Más allá del daño físico, es importante recordar que la humedad también puede afectar la salud. El moho y los ácaros proliferan en ambientes húmedos, y esto puede agravar afecciones respiratorias, alergias y problemas dermatológicos. Especialmente en hogares con niños, personas mayores o con asma, controlar la humedad es prioritario.


En conclusión, abordar un problema de humedad desde su causa real es la única manera de solucionarlo de forma definitiva. Invertir en un sistema antihumedad adecuado no solo evita daños costosos a largo plazo, sino que mejora el confort y la salubridad del hogar. En lugar de esperar a que la mancha crezca o el olor empeore, lo mejor es actuar a tiempo, de forma profesional y con garantías.

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