¿Cuándo se hizo el primer coche eléctrico?

¿Cuándo se hizo el primer coche eléctrico?
Aunque parezca sorprendente, el coche eléctrico no es un invento reciente. Mucho antes de que se popularizara el motor de combustión interna, ya existían vehículos propulsados por electricidad. A lo largo del siglo XIX y principios del XX, los coches eléctricos fueron una alternativa real y en algunos casos preferida frente a los de gasolina o vapor. La historia del primer coche eléctrico es un recorrido fascinante que nos lleva a los orígenes de la automoción, y nos muestra cómo la innovación tecnológica y las circunstancias sociales han influido en el desarrollo de este tipo de vehículos.


Los primeros pasos de la movilidad eléctrica


Para entender cuándo se hizo el primer coche eléctrico, es importante retroceder hasta los inicios de la electricidad aplicada al transporte. A principios del siglo XIX, la electricidad comenzó a utilizarse en diversas aplicaciones mecánicas. En 1828, el húngaro Ányos Jedlik construyó un pequeño modelo de vehículo impulsado por un motor eléctrico primitivo, aunque no era más que una maqueta.


Más tarde, en 1834, el inventor estadounidense Thomas Davenport desarrolló un pequeño coche eléctrico alimentado por pilas no recargables. Este vehículo no era práctico para el transporte humano, pero sí constituyó uno de los primeros experimentos exitosos en este ámbito.


La evolución tecnológica continuó durante las décadas siguientes, con mejoras en los motores eléctricos y en las fuentes de energía. Aun así, el verdadero salto hacia el coche eléctrico funcional se produciría unas décadas más tarde, cuando se desarrollaron baterías recargables capaces de almacenar la energía necesaria para mover un vehículo de forma eficiente.


El nacimiento del coche eléctrico práctico


La creación del primer coche eléctrico práctico se sitúa en torno a 1881. En ese año, el inventor francés Gustave Trouvé adaptó un pequeño motor eléctrico a un triciclo inglés, logrando así un vehículo impulsado por electricidad capaz de transportar a una persona. Este modelo se considera uno de los primeros prototipos funcionales de coche eléctrico.


A partir de entonces, varios inventores y empresas comenzaron a experimentar con vehículos eléctricos más desarrollados. En 1889 y 1890, William Morrison, un químico escocés afincado en Estados Unidos, construyó un coche eléctrico de seis pasajeros que alcanzaba los 23 km/h. Este vehículo, más robusto y funcional, fue una de las primeras demostraciones públicas de lo que la tecnología eléctrica podía ofrecer en términos de movilidad urbana.


Durante la década de 1890, los coches eléctricos comenzaron a ganar popularidad en ciudades como Nueva York, Londres y París. Eran silenciosos, no emitían gases contaminantes y resultaban más fáciles de manejar que los automóviles de gasolina, que requerían arrancado manual con manivela y tenían motores ruidosos y complicados de mantener.


El auge del coche eléctrico en el cambio de siglo


Entre 1890 y 1920, los coches eléctricos vivieron una etapa dorada. En Estados Unidos, por ejemplo, a comienzos del siglo XX existía una competencia muy equilibrada entre los coches eléctricos, los de vapor y los de gasolina. De hecho, hacia 1900, aproximadamente un tercio de todos los vehículos que circulaban por las calles estadounidenses eran eléctricos.


Durante estos años, empresas como Baker Electric, Detroit Electric o Columbia Electric fabricaron miles de unidades que fueron utilizadas principalmente por las clases altas y urbanas. Incluso personalidades como Thomas Edison y Clara Ford (esposa de Henry Ford) optaron por conducir coches eléctricos debido a su limpieza y facilidad de uso.


Detroit Electric, una de las marcas más emblemáticas, llegó a producir vehículos con una autonomía de hasta 130 kilómetros, una cifra notable para la época. Algunos modelos incluso ofrecían interiores lujosos, con acabados de madera, tapicería de calidad y relojes analógicos, pensados para un público exigente.


El declive: la victoria del motor de combustión interna


A pesar de las ventajas del coche eléctrico, su expansión se frenó a partir de la década de 1920. La llegada del Ford T, un coche de gasolina producido en cadena y, por tanto, mucho más económico, marcó un antes y un después en la industria automovilística.


El Ford T fue lanzado en 1908 y, gracias a su sistema de producción masiva, pronto se convirtió en un coche asequible para la clase media. Mientras tanto, los coches eléctricos seguían siendo caros y limitados en autonomía. Además, la mejora de las infraestructuras para repostar gasolina y el descubrimiento de nuevos yacimientos de petróleo hicieron que el coche de combustión ganara la batalla en cuanto a comodidad, precio y disponibilidad de energía.


También influyó el desarrollo del sistema de arranque eléctrico, que eliminó la necesidad de girar la manivela para poner en marcha los motores de gasolina, uno de los grandes inconvenientes que anteriormente hacían atractivos a los vehículos eléctricos.


Así, poco a poco, los coches eléctricos desaparecieron casi por completo del mercado, quedando relegados a usos muy específicos, como carritos de golf o vehículos industriales ligeros.


El resurgir del coche eléctrico


Durante décadas, el coche eléctrico fue una idea dormida, con algunos intentos esporádicos de resucitarla. Sin embargo, fue a partir de los años 90 cuando volvió a cobrar fuerza, impulsado por la creciente preocupación medioambiental y la necesidad de reducir la dependencia del petróleo.


Marcas como General Motors, con su modelo EV1, o Toyota, con sus primeros híbridos, comenzaron a reabrir el camino. Pero fue en el siglo XXI cuando el coche eléctrico volvió con fuerza, de la mano de empresas como Tesla, que revolucionó el sector al combinar diseño atractivo, gran autonomía y tecnología de vanguardia.


Hoy en día, prácticamente todos los fabricantes de coches cuentan con al menos un modelo eléctrico en su catálogo. Las normativas sobre emisiones, los incentivos gubernamentales y el desarrollo de infraestructuras de recarga están allanando el camino para una nueva era de movilidad eléctrica.


Lecciones del pasado: lo que podemos aprender


La historia del coche eléctrico nos enseña que la tecnología no siempre avanza en línea recta. A veces, factores externos como el coste, las infraestructuras disponibles o incluso las decisiones empresariales pueden frenar el desarrollo de una solución aparentemente superior.


Lo que está claro es que, aunque el coche eléctrico parece una novedad de los últimos años, sus orígenes se remontan a casi dos siglos atrás. Los primeros pioneros sentaron las bases de una idea que hoy vuelve a cobrar protagonismo, con una perspectiva más sostenible y adaptada a los retos medioambientales actuales.


El papel actual de la inspección técnica


Al igual que con los vehículos de combustión, los coches eléctricos deben cumplir con los requisitos legales para circular. Aunque tienen menos elementos mecánicos que revisar, también deben pasar la inspección técnica de vehículos. Este proceso garantiza que el vehículo sigue siendo seguro para su uso, que no tiene defectos estructurales o eléctricos y que mantiene un correcto funcionamiento de sus sistemas.


En este sentido, es importante acudir a centros especializados que conozcan bien las particularidades de los coches eléctricos. Si resides en la Vega Baja o en el entorno de Orihuela, puedes solicitar tu revisión en la ITV de Orihuela, donde cuentan con personal cualificado para inspeccionar este tipo de vehículos con todas las garantías.


Conclusión: un invento antiguo que marca el futuro


Aunque muchos asocian el coche eléctrico con una tecnología del futuro, lo cierto es que nació hace más de 150 años. Fue una solución innovadora, silenciosa y limpia, que en su momento ofrecía más ventajas que los motores de gasolina. Sin embargo, las circunstancias económicas, tecnológicas y sociales de la época favorecieron el desarrollo de los vehículos de combustión, relegando al coche eléctrico durante casi todo el siglo XX.


 


Hoy, con nuevas necesidades y tecnologías, el coche eléctrico no solo ha vuelto, sino que está en camino de convertirse en el nuevo estándar. Su historia es una muestra de cómo las ideas más adelantadas a su tiempo pueden renacer cuando las condiciones son propicias. Y, como parte de este renacimiento, asegurarse de que estos vehículos cumplen con todos los estándares técnicos y de seguridad sigue siendo esencial. Por eso, recuerda visitar la ITV de Orihuela para mantener tu coche eléctrico siempre a punto.

FECHA: a las 18:08h (157 Lecturas)

TAGS:

EN: Bienestar