Cómo elegir el calzado de seguridad adecuado para cada entorno laboral

Existen varios tipos según el entorno: zapatos ligeros, botas reforzadas, botas impermeables, zuecos o sandalias de seguridad. Cada uno responde a necesidades diferentes: los zapatos resultan adecuados en entornos con riesgos moderados; las botas ofrecen mayor protección en trabajos intensos o con sustancias peligrosas; las botas impermeables sirven en escenarios húmedos o con líquidos; y los zuecos o sandalias facilitan comodidad en espacios más limpios, exigentes en higiene, o en climas cálidos.

Para cumplir su función, el calzado debe incorporar ciertos elementos técnicos. La puntera protectora — de acero, aluminio, compuestos o fibra de vidrio — protege los dedos ante impactos o compresión. La suela debe ser antideslizante y antiperforación, aportando estabilidad. Otras prestaciones importantes son la absorción de energía en el talón para reducir la fatiga, aislamiento térmico, resistencia a productos químicos y propiedades antiestáticas cuando las circunstancias del trabajo lo requieren.

Escoger el calzado adecuado implica evaluar el tipo de actividad, los riesgos posibles y las condiciones del entorno. En ocasiones basta con un calzado sencillo; en otras, será imprescindible una bota robusta con prestaciones específicas. Si buscas más información y orientación, puedes consultar el artículo detallado de Protecs.